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Tras el éxito de los dos Congresos Internacionales (Lisboa-2016 y Santiago de Compostela-2018) de la SEHA y Rural RePort sobre los retos globales de la investigación en Historia Rural y las transiciones de la agricultura en la era global, retomamos estas problemáticas en un nuevo congreso que se celebrará del 3 al 5 de junio de 2020 en la Universidad de Salamanca.
En este III Congreso revisitamos como temática central la cuestión agraria basada fundamentalmente en las oportunidades y amenazas del agro a escala global. En particular nos centramos en una de las paradojas sociales de la modernización agraria: la despoblación y el desequilibrio territorial. Estos fenómenos se unen al de sostenibilidad, en el doble sentido del término; por una parte, el análisis crítico del modelo de desarrollo que vacía territorios y, por otra, la sostenibilidad social de los espacios que se han vaciado.
Hasta mediados del siglo XIX, con la excepción inglesa, el modelo de crecimiento agrario estaba asociado al incremento demográfico rural. El surgimiento de la cuestión agraria de los ilustrados españoles y portugueses estuvo alimentado por una estrategia poblacionista y la preocupación por los despoblados. En los conocidos como “países nuevos”, resulta llamativo el lema de “Gobernar es poblar” del presidente argentino J. B. Alberdi quien en 1852 llamó inepto al Ministro del Estado por no haber duplicado el censo de aquellos pueblos cada cuatro años. Si el economista W. Petty había proclamado en 1690 que “el trabajo es el padre y principio activo de la riqueza y la tierra es la madre”, Alberdi, sin citarlo, indicó que “trabajar es fecundar” pues si “la tierra es la madre, el hombre es el padre de la riqueza”. En general, el panorama, no ya de la despoblación, sino de la disminución de la población agraria tardó en ser aceptado por los economistas españoles del siglo XX.
Todo este horizonte de optimismo antropocéntrico, poblacionismo agrario y crecimiento ilimitado desapareció hace tiempo. Y una de las manifestaciones más palpables es la despoblación rural y la desertización. En más de la mitad del territorio español vive solo el 5 % de los ciudadanos. Este fenómeno es el resultado de un proceso histórico acentuado sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando, entre otras causas, se aplicó una industrialización “políticamente dirigida y espacialmente concentrada”. De muy distinta forma cabe enfocar la “desruralización” del campo en América Latina que viene acompañada de un incremento de la pobreza rural. Ni la pirámide demográfica, ni la dotación de recursos, ni las discrepancias socioculturales y étnicas son equivalentes. El Congreso supondrá una oportunidad de analizar la historia comparativa del despoblamiento rural y la hiperurbanización a uno y otro lado del Atlántico.
Son muy diversos los enfoques que pueden adoptar los organizadores de cada sesión. El éxodo rural y el temor por la emigración a América del primer tercio del siglo XX ha cambiado de sentido y sus efectos se perciben con una mirada nueva no exenta de preocupación. Y ya durante el franquismo, más temprano de lo que parecía, aparecen en el pensamiento rural fenómenos como la despoblación o la desertización. Desde la sociología rural se trabaja desde hace años en los procesos de desagrarización y despoblación donde los mecanismos emotivos o demográficos permiten comprender la supervivencia o no de determinados enclaves, lo que algunos denominan “resiliencia comunitaria”. En este escenario cabe preguntarse por el papel que desempeña la perspectiva de género: cómo han variado los espacios, los tiempos o la sociabilidad. No está fuera de lugar, sino al contrario, preguntarse sobre la relación o no de los espacios comunales con la despoblación o sobre la dinámica de los paisajes tradicionales…
Por los temas enunciados, el Congreso ofrece la ocasión de revisitar los estudios sobre la cuestión agraria tradicional y abordar la nueva cuestión agraria en la Era Global, donde han cobrado especial relevancia los movimientos campesinos transnacionales, la soberanía alimentaria, el cambio climático, la dotación de infraestructuras, la recuperación de las relaciones perdidas entre ciudad, agricultura y alimentación, las reformas PAC o el cambio de cultivos.
Sobre este eje se trata de dar continuidad al enfoque de una historia rural transnacional y transcontinental, contribuyendo al desafío de crear un espacio global de debate sobre la Historia Agraria y Rural. En este sentido, esta convocatoria trata de articular un espacio abierto e interdisciplinar sin fronteras cronológicas y espaciales, que analice los retos más novedosos y las respuestas que desde la Historia Agraria y Rural se están proponiendo en los últimos años. La superación de fronteras requiere un mayor diálogo, no solo entre historiadores de varios continentes y especialidades (económica, política, social, jurídica) sino también entre disciplinas que enfocan los mismos problemas desde metodologías y perspectivas diferentes. La economía, la sociología, la arqueología, los estudios culturales, la historia de la ciencia, la geografía, o la demografía forman parte de este gran campo de trabajo que tiene a la agricultura y la sociedad rural como objeto de estudio.
Este III Congreso Internacional continúa por tanto en la consolidación de los estudios de historia agraria y rural desde una perspectiva global y alberga simultáneamente el IX Encontro RuralRePort y el XVII Congreso de Historia Agraria del SEHA. El congreso está abierto a la participación de especialistas de cualquier país del mundo, así como a cualquier disciplina y época histórica. Los idiomas de trabajo son: portugués, español e inglés.
A partir del 1 de abril queda abierto el período para la presentación de propuestas de sesiones plenarias, simultáneas y mesas redondas. Las sesiones plenarias (en número aproximado de tres) deberán profundizar en las temáticas centrales del congreso, antes enunciadas, y deberán también priorizar la diversidad nacional e institucional de los participantes y de los estudios de caso. Las sesiones simultáneas tendrán en términos generales un enfoque más específico y menor número de participantes, pudiendo completar o complementar directa o indirectamente las temáticas centrales. En ambos casos, serán bienvenidas propuestas de sesiones de discusión teórica, sesiones con una dimensión comparativa o transnacional, sesiones basadas en enfoques cualitativos y cuantitativos. Las propuestas que no fuesen admitidas como sesiones plenarias, podrán ser reconvertidas en sesiones simultáneas/pósters a sugerencia de la Comisión Organizadora.
Además se organizará una sesión de jóvenes investigadores para doctorandos realizando tesis en cualquier universidad y país sobre temáticas relacionadas con la historia rural y la agricultura.